Los inciensos son productos aromáticos que se utilizan en todo el mundo por diversas razones, incluyendo rituales religiosos, ceremonias espirituales, prácticas de meditación, aromaterapia y simplemente para perfumar el ambiente.
Están compuestos principalmente de ingredientes naturales, como resinas, maderas, hierbas, especias, flores y aceites esenciales.
El uso de inciensos se remonta a civilizaciones antiguas como la egipcia, china, griega y romana. Se utilizaban en rituales religiosos, ceremonias de adoración a los dioses y para perfumar los hogares.
En el Antiguo Egipto, la palabra egipcia para incienso era senetyer, que significa, literalmente, 'hacer que sea divino'. No solamente se presentaba como un regalo a los dioses egipcios, al estilo de lo que serían los presentes ofrecidos por los Reyes Magos (junto al oro y la mirra) a Jesús, sino que también se quemaba en los templos, por ser las casas de los dioses y hacía que el espacio se divinizara. Y cuando se usaba resina de incienso durante la embalsamación de los cuerpos, se estaba transformando el cuerpo del difunto hacia la divinidad.
Las sociedades china y japonesa usaron el incienso como parte integral de la adoración de deidades. De igual forma, civilizaciones en Mesoamérica como la purépecha, la maya, la mexica y otras lo implementaban pero bajo la denominación de copal (copalli, en náhuatl), el cual se quemaba en anafres, y el humo que se desprende, al quemarse, se usaba como ofrenda a sus deidades o sus energías y como terapia para diferentes males físicos y espirituales.
En la actualidad, dichos usos todavía son comunes dentro de la tradición indígena. Además, tiene un uso importante en el budismo, en la Iglesia católica (para la adoración eucarística, las procesiones, etcétera), en la Divina Liturgia de la Iglesia ortodoxa y, en menor grado, en otras confesiones cristianas.
El incienso es uno de los ingredientes mimados de la belleza y sus virtudes terapéuticas y espirituales han hecho que encienda el puente entre lo sagrado y lo profano. Es el headmaster de clases de yoga y centros de meditación por su cualidad de inducir a la calma y propiciar la apertura mental.
A pesar de tener una larga historia de méritos y virtudes a sus espaldas, el incienso ha sido relegado a los estantes de herbolarios y santerías como un simple artículo perfumado que nos pone a tono en según qué casos.
Del latín Incendere (quemar), Franckincense en inglés (incienso franco, el de mejor calidad), Koh en japonés o Xiang (la savia que permite la curación) en chino, durante siglos, además de ser la forma preferida de perfumar un lugar y a uno mismo (Confucio decía que el gobierno ideal debía exhalar olor a incienso).
Tuvo múltiples usos: detonante de la quietud reinante en la oración y la meditación (los budistas hacen ofrendas de incienso para recordar que se debe cultivar la buena conducta), herramienta para limpiar y sacralizar espacios, ingrediente antiséptico (Hipócrates contra la propagación de epidemias), en elixires de belleza (las egipcias lo usaban en mascarillas por su acción cicatrizante, antiarrugas y reafirmante), como nota de base en perfumes y hasta instrumento de medida del tiempo, como los relojes de incienso (Horloges á Feu, en francés), utilizados durante mucho tiempo en Oriente.
En India y Tíbet es un instrumento de sanación. Realizado por los monjes con plantas sagradas y resinas según las directrices del Ayurveda, se cree que no sólo sanan en el sentido físico cuando se ingieren, sino que al ser quemadas su humo también cura. Las sustancias químicas que contienen actúan vía olfato y sistema límbico alterando físico y emociones.
Los inciensos pueden presentarse en forma de conos o varitas. Los conos se queman verticalmente, mientras que las varitas se encienden en un extremo y se queman lentamente.
Algunas culturas utilizan incienso en forma de resina o gránulos, que se quema sobre carbón caliente.
Además de los productos sólidos, también existe el aceite esencial de incienso que se utiliza en aromaterapia.
Aromaterapia: Los inciensos se utilizan para influir en el estado de ánimo y el bienestar emocional. Cada aroma tiene propiedades terapéuticas diferentes. Por ejemplo, la lavanda se usa para relajar, mientras que el sándalo se utiliza para la meditación.
Limpieza y Purificación: En algunas tradiciones espirituales, los inciensos se queman para limpiar y purificar el espacio de energías negativas.
Mejora del Ambiente: Los inciensos también se usan simplemente para mejorar el aroma del entorno y crear una atmósfera agradable en el hogar.
Los inciensos son productos aromáticos con una larga historia de uso en diversas culturas y prácticas espirituales. Pueden proporcionar beneficios terapéuticos y contribuir a la creación de un ambiente relajante y agradable, pero deben usarse con precaución y considerando las preferencias y necesidades individuales.
Seguridad: Es importante utilizar inciensos en un área bien ventilada y en un soporte resistente al calor para evitar incendios. Nunca se deben dejar inciensos encendidos sin supervisión.
Alergias y Sensibilidades: Algunas personas pueden ser sensibles o alérgicas a los aromas, por lo que es importante tener precaución al utilizar inciensos en presencia de otras personas.