Turmalina

Las virtudes de esta gema están ligadas a su característica principal. Los iones que la piedra libera cuando se calienta sería la mejor manera de explicar la influencia positiva que tiene en el medio ambiente y en la salud mental y física de la persona que la lleva.

Tiene la capacidad de absorber todas las vibraciones positivas. A nivel psicológico, es un excelente aliado para quienes practican la meditación porque ayuda a calmar las emociones y las situaciones de estrés. Evita los estados de tristeza, manteniéndola a raya mediante la creación de un campo de energía intransitable.

Estudiando los beneficios de la Turmalina, podemos deducir que sería ideal para personas con habilidades extraordinarias para percibir las energías paranormales de su entorno, porque además de absorber la energía negativa, también puede ayudar a controlar los efectos causados por el miedo.

Si bien cuando hablamos de las propiedades de la Turmalina, lo primero que pensamos es en sus efectos sobre las energías negativas, la misma tiene otro tipo de propiedades como:

El favorecimiento del crecimiento personal, permitiendo la transformación de patrones de comportamiento.

Sirve para desarrollar las facultades psíquicas y meditativas.

Agudiza la intuición en determinas circunstancias y ayuda a la toma de decisiones importantes.

Igualmente, combinándola con el Citrino, puede aumentar sus efectos protectores.

Por último, otro de sus usos es que ayuda a prevenir el mal de ojo, si bien lo mejor para evitar esto es apartarla de la vista del resto

Un truquito es que, para mayor utilidad, se recomienda que la misma esté siempre en contacto directo con la piel, creando un campo magnético capaz de repeler cualquier tipo de energía externa.

Siendo la Turmalina una de las pocas piedras que se limpia a sí misma, es conveniente limpiarla de vez en cuando ya que, en caso de sobrecargarse, podría llegar a romperse. Para ello, es imprescindible limpiar la piedra de las cargas negativas que haya podido absorber.

¿Y cómo lo hacemos? Pues para ello, habrá que colocarla durante una noche entera en la que haya luna llena y, si es posible, con un poco de agua de mar. De la misma forma, otra opción sería colocarla en un bote de cristal con agua y sal marina. Una vez haya pasado toda la noche, se lava con agua natural y se deja que se seque a la luz del sol.

¡Pero cuidado! Si es la Turmalina rosa la que estamos limpiando y activando, no conviene dejarla expuesta directamente a los rayos del sol ya que, al igual que el cuarzo rosa, puede palidecer y perder su color. Por ello, en este último caso, lo conveniente es colocarla a la luz del día sin que le dé directa la luz del sol.

Algo que a nosotras nos pareció súper curioso es que no es simplemente cuando hay luna llena cuando puedes puedes limpiar y activar la Turmalina, sino que la misma puedes activarla cuando hay luna menguante y nueva ya que, en esta fase, la energía va hacia el interior de la tierra, haciendo más sencillo que la negatividad sea absorbida por la misma.

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